Desde pequeño he aprendido la enseñanza del respeto que debemos profesar a los símbolos patrios, léase, la bandera, el escudo, el himno de la nación, porque ellos significan el respeto a los héroes que crearon la libertad de hombres y mujeres. En cada espacio importante se canta el himno, o la bandera adorna el entorno. Exceptuando el uso del escudo; el himno nacional ya no se interpreta, ni mal ni bien, porque el uso frecuente de los CD’s con su grabación nos ha colocado en situación de escucharlo como una canción más, muchos de nosotros nos ponemos a ver lo que pasa alrededor mientras el CD camina los surcos; esperamos a que se termine para seguir el evento en que estemos. Lo de la bandera es peor; las instituciones que utilizan la bandera porque la ley se lo manda, la tienen como un mantel más; le colocan floreros, jarrones, piedras, pisapapeles para sujetarla de la mesa en todos los eventos y cuando se trata de izarla, no queremos denigrar a nadie, porque no seria cristiano hacerlo, pero a quienes se le otorga la responsabilidad de la delicada función de bajar y subirla es posiblemente a quien tenga el menor rango en esa institución. Precisamente hoy me detuve al ver que “bajaban la bandera” en una importante institución y se me cayó el corazón al ver un individuo haciéndolo; la triste bandera descolorida por demás yacía en el suelo (casi tres cuartos de ella) y un policía que se encontraba cerca le vociferó: “se va ensuciar la bandera”, el sujeto dibujó una leve sonrisa por el error cometido, la engulló bajo sus axilas como una toalla. El mismo policía le preguntó: ¿por qué no bajaste la bandera de tu institución primero como manda la ley? El empleado admitió: “yo siempre bajo esta primero porque me queda más cerca”.
Estamos aplicando la ley del minino esfuerzo con nuestros símbolos: la bandera es parte del mantel, pues asi nos evitamos buscar uno bien decorado. Cualquier pelafustán baja la bandera porque todos los que creemos importantes están ocupados y ya no cantamos el himno porque es mejor escucharlo por la sinfónica nacional. Ojalá no nos llegue el día en que no tengamos ya la libertad de hacer ninguna de esas funciones porque ya no sean nuestros los símbolos obtenidos a fuerza de lucha.
Estamos aplicando la ley del minino esfuerzo con nuestros símbolos: la bandera es parte del mantel, pues asi nos evitamos buscar uno bien decorado. Cualquier pelafustán baja la bandera porque todos los que creemos importantes están ocupados y ya no cantamos el himno porque es mejor escucharlo por la sinfónica nacional. Ojalá no nos llegue el día en que no tengamos ya la libertad de hacer ninguna de esas funciones porque ya no sean nuestros los símbolos obtenidos a fuerza de lucha.
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