04 junio 2008

Las Cloacas de Cotuí y Fantino

ByLuis Cárdenas - 6/4/2008 Las aguas cloacales de Cotuí y Fantino contaminan el Yuna: LOS MUNICIPIOS RECLAMAN DEL GOBIERNO CENTRAL LA CONSTRUCCIÓN DE UNA PLANTA DE TRATAMIENTO DE AGUAS SERVIDAS A FIN DE BUSCAR UNA PRONTA SOLUCIÓN AL PROBLEMAParte de las aguas residuales de la cloaca de Cotuí que van a parar al río Yuna a través del arroyo Capacho. COTUÍ.- Miles de familias de diferentes comunidades del Bajo Yuna reciben en sus hogares agua contaminada proveniente del sistema de cloacas de Cotuí y Fantino que son vertidas a los afluentes del río Yuna, sin el tratamiento adecuado.Las aguas cloacales y los desechos de materias fecales de Cotuí y Fantino son derivadas a amplios depósitos construidos hace años en estas comunidades, pero sin una planta de tratamiento que procese estos materiales y pueda ser usada luego por la población para la producción.Además, una gran parte del área de estas dos cloacas están cubiertas de plantas de lilas que reducen el tiempo útil de este depósito de aguas residuales de Cotuí y Fantino.En Cotuí, decenas de comunidades de este municipio y el Bajo Yuna están expuestas a contraer enfermedades debido a la contaminación provocada por las aguas servidas que van al río Yuna sin ser procesadas.Cantidades de aguas y desperdicios son lanzados a la cloaca de donde van al arroyo Capacho, el río Maguaca y finalmente al Yuna, de donde se abastecen miles de familias de diferentes comunidades.De acuerdo con el último censo de población y vivienda del 2002, el municipio de Cotuí tiene una población de 74,056 habitantes, mientras que el municipio de Villa La Mata cuenta con 39,459 habitantes, y Fantino con una población de 22,675, de una provincia como la Sánchez Ramírez que registra 151,179 personas.La planta de tratamiento de aguas residuales de la ciudad de Cotuí lleva más de 10 años fuera de servicio, pese a que miles de familias de las provincias Sánchez Ramírez y Duarte usan el agua del río Yuna para el consumo. Además del uso del agua para el consumo diario, una parte de los habitantes del Bajo Yuna se bañan en el río sin darse cuenta que desde Cotuí y Fantino ese afluente está afectado por la contaminación.Según informes, los motores de la planta de tratamiento de la ciudad de Cotuí están fuera de servicio porque los cables fueron robados por delincuentes. Hasta el momento, las autoridades no han hecho nada para resolver el problema que ha provocado la falta de operación de los motores, según explicaron los residentes.Además del peligro de estas aguas, también una parte de los residentes en las zonas periféricas donde está ubicada la cloaca de Cotuí están expuestos al mal olor que expide el líquido y los desperdicios depositados en el lugar.Residentes de la zona han denunciado que las autoridades municipales y provinciales se han descuidado al no poner atención a este grave problema, pese al riesgo de insalubridad que corren decenas de comunidades.Médicos explicaron que los habitantes de las comunidades del Bajo Yuna podrían estar expuestas a contraer enfermedades gástricas, salmonelosis y fiebre tifoidea.Las aguas residuales que van al área de la planta de tratamiento de esta ciudad son descargadas en el Arroyo Capacho y posteriormente al río Yuna, de donde miles de personas se abastecen del líquido.Diferentes sectores se han quejado de la situación, pero no se ha buscado una solución a la contaminación del río Yuna por el descargo de las aguas residuales de la ciudad de Cotuí.También FantinoIgual situación ocurre en el municipio de Fantino, donde las aguas cloacales requieren de una planta de tratamiento para evitar la contaminación del río Cuayá y con éste el Camú, que desemboca en el río Yuna.La planta, donde fueron instalados los motores para tratar las aguas residuales, se construyó en los terrenos propiedad de Rogelio Alba, a pocos metros del río Cuayá, sin embargo, los equipos también están fuera de servicio.El problema creado por la contaminación de las aguas de los principales afluentes del municipio ha sido denunciado por organizaciones de la comunidad, pero las autoridades no han puesto atención al peligro que representa esa situación para las miles de personas que se bañan y usan el líquido para el consumo personal.Organizaciones como la Sociedad Ecológica de Fantino, el Sindicato Mixto de la Construcción y el Club Cultural y Deportivo San Miguel, Escuela de Capacitación de la Mujer Nuestra Señora del Rosario y juntas de vecinos firmaron recientemente un documento en el que exponen la gravedad del problema y la necesidad de que el gobierno ordene la rehabilitación de la planta de tratamiento de aguas residuales.Destacan que el problema de contaminación no sólo es provocado por las aguas cloacales, sino también por los desechos derivados al río por los lavaderos de carros que funcionan en las estaciones de gasolina de la ciudad, así como el uso de agroquímicos que van al río Cuayá.A este río son vertidas aguas residuales procedentes de la cloaca y del barrio Malecón, desechos sólidos de diferentes estaciones de gasolina y residuos químicos provenientes de diferentes proyectos arroceros.En su documento, las entidades aseguran que este problema está deteriorando el medio ambiente y provocando un peligro para la salud de miles de ciudadanos que viven abajo de los principales afluentes del municipio.Para frenar el deterioro del Cuayá, sugieren la rehabilitación y mantenimiento permanente de la planta de tratamiento de la cloaca.Pidieron al INAPA que resuelva el problema de la contaminación causada por las aguas servidas, las cuales representan un gran peligro para los habitantes de la parte baja de los ríos Cuayá, Camú y Yuna.El río Cuayá nace en la sección de Comedero Arriba y en su recorrido de 30 kilómetros atraviesa el municipio de Fantino para desembocar en el río Camú, en la comunidad de San Miguel.Corresponde a la Secretaría de Medio Ambiente, el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA) y al gobernador provincial José de la Cruz buscar una solución al problema que afecta a estas comunidades de la provincia Sánchez Ramírez, expresan los ecologistas.A principio de año, el director del INAPA, Frank Rodríguez, prometió resolver la situación que provocan estos dos depósitos de aguas residuales. Cotuí y Fantino contaminan con sus aguas residuales desde hace algunos años a las comunidades campesinas de la provincia Duarte, asentadas en el Bajo Yuna.La gravedad del problema no se ha medido y se desconoce la cantidad de personas que enfrentan dificultades de salud por el consumo de estas aguas que son vertidas al río Yuna.La comunidad considera que este peligro que afrontan los habitantes de la zona del Bajo Yuna debe ser encarado por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, el INAPA, la Secretaría de Salud Pública y otras instituciones que tienen la responsabilidad de garantizar la sanidad del medio ambiente y la salud de la población.El problema ha sido expuesto por diferentes organizaciones comunitarias, que esperan una respuesta de las autoridades.
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